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Cuando debe un autónomo cambiar de asesoría
La asesoría es uno de los primeros servicios que el autónomo decide externalizar, debido al alto número de gestiones que deben realizar con la Administración Pública. ¿Cuándo debemos cambiar de asesoría? ¿Cuáles son sus fallos más comunes?
La gestoría o asesoría es un ‘amigo’ inseparable del autónomo. Todas las gestiones con Hacienda, Seguridad Social y Administración en general son externalizadas a este tipo de entidades, debido a que algunos trámites pueden ser complicados, especialmente para un nuevo autónomo. La legislación cambia constantenemente, y debemos exigir que se nos informe de estos cambios, tanto en trámites como en el posible acceso a subvenciones y bonificaciones. La falta de información en este sentido puede derivar en que nos planteemos el cambio de gestor o asesor. Existen, además, otros factores que nos dan pistas sobre cuándo un autónomo debe cambiar de asesoría.
¿Qué errores son los más comunes en una gestoría?
Yo diría que la falta de personalización y la prisa. Normalmente las gestorías y asesorías al uso suelen necesitar una numerosa cartera de clientes para paliar la reducción de precios fuerte que ha sufrido el sector debido a la crisis económica. Esto implica que la atención al cliente deja mucho que desear, se suele atender al cliente a última hora, cuando llega el trimestre. Se le pide la documentación y tal y como viene se contabiliza. Normalmente la contabilidad se pasa con urgencia, presionados por los plazos de presentación, mecanizando sin más, sin fijarse en el detalle o sin tiempo para ver si están todos los documentos completos y correctos. Esto provoca errores de interpretación contable, de mecanización de asientos incorrectos, etc. Otro error común provocado por este tipo de situaciones suele ser el de presentar impuestos fuera de plazo, debido a la gran carga de trabajo.
¿Cuándo un autónomo o pyme debe plantearse cambiar de asesoría?
Pienso que como con cualquier otro servicio, cuando no se sientan escuchados ni bien atendidos. Yo por ejemplo intento contestar los emails de mis clientes en un máximo de 24 horas y normalmente, diría que un 80%, en las primeras 12 horas. Mi teléfono está siempre abierto y lo atiendo porque entiendo que cuando un cliente llama, aunque sea en un horario poco común, es porque necesita un asesoramiento urgente, o simplemente que le tranquilice y le ayude a afrontar un problema en su actividad o su empresa. Creo que si un asesor no te atiende de forma personalizada y con rapidez, independientemente de los errores de los que hablábamos en el anterior punto, esta es una buena causa para buscar un cambio.
Al margen de los errores mencionados, ¿qué otras cuestiones pueden hacernos pensar que debemos cambiar de gestoría? Si solo te llaman una vez cada trimestre para pedirte la documentación contable. Suele ser lo habitual e indica que no llevan un seguimiento de la actividad del cliente ni les interesa demasiado ayudarle a mejorar y crecer. Pienso que la relación cliente/asesor debe ser fluida y constante.
¿Cree que las gestorías se han acostumbrado a ejecutar y no a ayudar estratégicamente a las empresas y autónomos?
Los principales gastos en los que incurres cuando arranca tu negocio
¿Quieres saber si la idea que tienes entre manos es viable? Echa un vistazo a los gastos más habituales de un negocio, calcula en cuáles vas a incurrir tú, pide presupuestos, suma y luego divide esa cifra por el precio que quieres poner a tu producto o tu servicio. Si la cifra resultante de unidades o de proyectos te parece asumible, lo más probable es que tengas entre manos un producto viable. Si no, lo mejor es que repases todos los pasos que has dado hasta ahora.
Estos son los gastos más habituales de un negocio que arranca:
1. Compras: aprovisionamientos en mercaderías y demás bienes adquiridos por la empresa para revenderlos, bien sin alterar su forma o previo sometimiento a procesos de adaptación, transformación o construcción.
2. Arrendamientos y cánones: alquileres, tanto de locales o despachos como de maquinaria.
3. Reparaciones y conservación: mantenimiento y reparaciones, gastos derivados de la conservación del inmovilizado material (maquinaria, instalaciones, terrenos, edificios, etc.).
4. Trabajos realizados por otras empresas: comprende los trabajos que, formando parte del proceso productivo, se encarguen a otras empresas.
5. Servicios de profesionales independientes: contraprestación de servicios profesionales independientes (asesorías, gestorías, etc.).
6. Transportes: transportes a cargo de la empresa, realizados por terceros, cuando no proceda incluirlos en el precio de adquisición del inmovilizado o de las existencias.
7. Primas de seguros: primas de seguros de todo tipo, excepto de la Seguridad Social.
8. Servicios bancarios y similares: comisiones y otros gastos que se satisfacen por servicios bancarios y similares.
9. Publicidad, propaganda y relaciones públicas: importe de los gastos satisfechos por estos conceptos.
10. Suministros: consumos de agua, luz, gas o cualquier otro abastecimiento que no tenga la cualidad de almacenable. Si es almacenable, se considerará como existencias y se contabilizará en la cuenta de compras. Se incluirán en esta cuenta todos los servicios no comprendidos en las cuentas anteriores.
11. Otros servicios: gastos de viaje del personal.
12. Tributos: todo tipo de tasas, contribuciones e impuestos.
13. Sueldos y salarios: salarios brutos del personal asalariado.
14. Seguridad Social a cargo de la empresa: gastos sociales, salarios de los socios o retribución propia en el caso de autónomos, Segurida Social a cargo de la empresa y/o seguros de autónomos.
15. Gastos financieros: intereses de préstamo, descuentos sobre ventas, intereses, comisiones y gastos por descuento de efectos (letras), por cobro de recibos, etc. 16. Devolución de préstamos: cuota de devolución de préstamos, sin incluir los intereses, sólo capital. 17. IVA soportado: IVA desembolsado por com- pra de bienes o servicios.
Sobrevive a la cuesta de enero en 2016
Este año había mucha más gente en las calles y los garitos de moda celebrando el fin de año. Además los centros comerciales han tenido más ventas que otros años anteriores de la crisis. La sensación de una mejora generalizada de la economía ha hecho que mucha gente vaya gastando más de lo que debería. Y esto pasa factura…
En los próximos meses, las tiendas de segunda mano se llenarán de playstation 4, smarthphones y smart tv. Esta es la consecuencia negativa de la mala administración de nuestro dinero justo al final de año. Si unimos esto a las rebajas con las que comenzamos el 2016, las solicitudes de microcréditos y los golpes salvajes a la tarjeta de crédito sólo harán empeorar la situación económica de más del 50 % de los españoles.
Con el comienzo del año llegan también los buenos propósitos, y son muchas las personas que se plantean ahorrar más durante el año entrante. Sin embargo, no muchas tienen un plan definido de cómo hacerlo.
A continuación te daré algunos consejos para que no arrastres tu economía y las deudas hasta verano.
- Vende todo aquello que has comprado y necesites para pagar los gastos fijos de tu hogar. Piensa que es mejor vender ese SmarthPhone o tablet que no poder pagar la luz o comprar comida.
- Aprende del Pasado. Haz un análisis de los ingresos que obtuviste en 2015 y de los gastos fijos que tuviste que hacer. Si ya no recuerdas los gastos variables no importa, mientras más certero sea tu análisis podrás saber en dónde estuvieron las fugas de dinero. Calcula cuánto podrías gastar en 2016 y con qué dinero contarás.
- Haz cuentas. Este año es recomendable que la distribución de tus gastos se divida en las siguientes proporciones: 70% para gasto fijo (vivienda, educación, transporte y salud) y 30% en gastos variables (entretenimiento y deudas). Si las deudas que tienes rebasan el 30% de tus ingresos, reduce el gasto en entretenimiento y comienza a liquidarlas.
- Aprieta el cinturón. Enero y febrero pueden ser buenos meses para organizarte con tu familia, vecinos o compañeros de trabajo y comenzar a compartir el coche, usar más el transporte colectivo, comer en casa, hacer más actividades en familia y dejar de visitar centros comerciales. Las soluciones no son simples ni indoloras, cada miembro de la familia debe cooperar.
- Usa sólo lo necesario. Cada semana o quincena haz un corte de cuánto necesitarás para tus gastos como alimentos o transporte, para que cada día salgas solo con el dinero justo. Si no te lo gastas o acabas, guarda ese excedente en una hucha. Olvida ese dinero, te valdrá para cuando tengas un gasto extra como reparar el coche o una lavadora.
- Compara antes de comprar. Desde el súper hasta una compra grande. Si comparas los precios te darás cuenta de que puedes ahorrar más de lo pensado o comprar más por el mismo dinero, sí aunque suene a comercial, funciona.
- Dinero extra. Si tienes tiempo y habilidades especiales, aprovéchalos para conseguir dinero extra. Hacer cosas y venderlas o trabajar como free lance… lo que sea que te genere ingresos, no interfiera con tu trabajo y que no te quite el poco de vida que tienes. Si quieres algún consejo al respecto no dudes en enviarnos un email, te informaremos de cómo ganar dinero desde casa.
La mortal trampa del emprendimiento en España
En España se está intentando implantar en lo más profundo de la mente de los jóvenes la idea de que emprender es la panacea de todos los males financieros.
Así vemos a cientos de jóvenes (y no tan jóvenes) abriendo y cerrando empresas a lo largo y ancho del territorio español regando con sus cadáveres las cuentas negativas de la seguridad social. Porque todos, terminan siendo zombies de una sociedad a la que deben dinero que no pagarán en toda su vida.
Estos muertos vivientes (financieramente hablando) seguirán intentando prosperar a fuerza de abrir otras empresas a nombre de parientes, en pruebas de acierto o error hasta llegar, si llegan, a ganar dinero con su emprendimiento. Hasta entonces se rodearán de una galaxia de organizaciones, gurús, centros, publicaciones y eventos destinada a hacer creer al aspirante que su éxito depende exclusivamente de sí mismo.
Y no es así, cuando emprendes puedes controlar todo lo que ocurre en el entorno de tu empresa. Pero si dependes de un mercado, o tu trabajo se enfoca a dar servicios a ciertas empresas o necesitas de materia prima especifica para tu producto. Si algo va mal en ese mercado te afectará si o si. Por eso, tienes que emprender confiando, en un porcentaje más o menos elevado, en la suerte.
Si el mercado no cuadra, las empresas a las que das servicios entran en «concurso de acreedores» o la materia prima sube sus precios a niveles estratosféricos … estarás en un buen aprieto.
Según The Enterprise Corporation of Pittsburgh (Corporación de Empresas de Pittsburgh) estas adversidades se pueden evitar, si se tiene en cuenta que todas las ideas innovadoras, aunque funcionan en algunos casos, siempre representan un riesgo.
Basado en ello el experto Frederick J. Beste realizó un estudio en el que determinó las principales fallas, que algunas veces por inocencia o por falta de malicia, le ocurren a los hombres de negocios.
Convencido de que la gran mayoría de estas «trampas» se originan en planes viables y con sentido común, Beste creó una lista de algunos de los errores más frecuentes en el ámbito empresarial.
1. Socios «por mitades»
La idea de que son mejores y más equitativas las sociedades en las que los socios tienen la misma participación es revaluada, y por el contrario, se considera una trampa peligrosa que puede llevar a la quiebra.
Es el típico caso de tres amigos que deciden montar una empresa, dividiéndosela en partes iguales y otorgándose sueldos idénticos. Según Beste esa es una receta para el fracaso porque, primero la compañía carece de un líder, de alquien que sea un verdadero responsable; segundo, tarde o temprano aparece una diferencia de opinión irreconciliable; y tercero el que haya sido elegido como gerente, se considerará así mismo como un «poquito más que los demás», y en el caso de que la empresa tenga éxito, será el quien obtenga el reconocimiento del público.
La solución está en contratar a una persona que tome el control de la empresa y en quien los dueños puedan depositar su confianza.
2. El derroche
Una empresa que comienza con equipos y muebles elegantes, lo mejor en infraestructura y sueldos de gerencia elevados, está abocada hacia la quiebra. Esto es lo mismo que hacer una fiesta de graduación cuando hasta ahora se va en primer semestre. Los empresarios más exitosos han aprendido que la falta de liquidez puede ser la muerte, por eso son muy precavidos a la hora de gastar el dinero y van aumentando sus costos a medida que la empresa va progresando.
3. Los precios inadecuados
Una empresa comienza mal cuando su premisa de ventas consiste en ofrecer precios más bajos que los de la competencia. Eso es tan ilógico como esperar que un país pequeño se enfrente a una superpotencia. Lo mejor es fijar los precios de acuerdo con el mercado.
4. Capital Insuficiente
Es el caso de aquellos empresarios que piensan que se puede comenzar un negocio con un capital por debajo de lo necesario, confiándose en las futuras ganancias. La historia y las leyes de Murphy han demostrado que en 90% de los casos las ventas no alcanzan a presentar el margen de ganancia esperado. De ahí que sea recomendable empezar con más capital del que se cree se va a necesitar.
5. Falta de Foco
El recurso más valioso de una nueva empresa es el talento y hacer las cosas bien desde el principio es un enorme desafío. Por el contrario cuando se intenta realizar dos o tres actividades al mismo tiempo, se puede caer en la mediocridad o en algo peor. Lo adecuado es seleccionar bien las oportunidades antes de comenzar y concentrarse en el ambiente del mercado y la competencia.
6. No admitir los errores
Sicológicamente una de las trampas es pensar que «ya invertimos mucho en esto como para salirnos ahora». Por muchas razones (miedo, ego etc.) es difícil admitir que se cometió un error y no se toman las medidas correctivas a tiempo. Así que lo mejor es aceptar que se perdió una suma de dinero y buscar las razones que lo motivaron, para que no se vuelvan a repetir.
7. Confianza en el mejor cliente
Beste la califica como la trampa más dolorosa, porque golpea después de un largo período de éxito y se presenta cuando una compañía ha tenido muy buenas relaciones con un cliente, gracias al cual se han efectuado buenos negocios. De repente «el mejor» comprador deja de hacer la misma cantidad de pedidos o simplemente empieza a incumplir con sus pagos. Por eso es importantísimo reducir la dependencia en un sólo cliente.
8. Diversificar
Si no se conocen en el mercado, la tecnología, las intimidades de los compradores, las tendencias, las relaciones o la competencia, es mejor no meterse en un negocio.
9. Litigio emocional
El tiempo, el dinero y el esfuerzo que se emplean en los líos judiciales, muchas veces lleva a un desgaste emocional que no es compensado con nada. Por eso, antes de que los empresarios decidan meter su compañía en problemas judiciales, lo mejor es asesorarse de alguien que pueda decir si el litigio vale la pena.
10. El producto «Nunca listo» para el mercado
Los diseñadores y los ingenieros nunca muestran sus creaciones hasta que no consideran que están perfectas; esto es desproporcionado porque la tecnología siempre evoluciona y siempre hay una mejoría que se puede hacer. Así que cuando un empresario tenga un producto que represente una opción mejor a la de la competencia, no debe esperar a que sea perfecto: debe sacarlo al mercado.
11. Investigación de mercado inadecuada
Beste cree que sobre este tema se podría escribir todo un libro, ya que las fallas en la investigación de mercado son causas seguras del fracaso.
12. No hay razón para que el cliente cambie
Los mejores esfuerzos empresariales pueden surgir del desarrollo de una matriz de la competencia, que incluya las razones que motivan a la gente a la hora de comprar. Si al revisar dicha matriz, el empresario no encuentra ninguna razón para que los compradores se cambien a su producto, lo mejor es que no se meta en el negocio.
13. El descontrol del crecimiento
En muchas ocasiones se presentan elevados crecimientos en los volúmenes de ventas, lo cual es muy peligroso porque en cualquier momento se puede pasar del éxito a la bancarrota. Cuando esto ocurre, muchas cosas pueden salirse del control, como los créditos, la contatación del personal, el servicio delcliente, el control de calidad, etc. Si un empresario empieza a sentir que su compañía está funcionando tan bien que se le sale de sus manos, es aconsejable que dé un paso atrás y mire las cosas objetivamente, para así poder ajustarse a al nueva situación.
14. Apostar la casa
Contrario a lo que piensa, los grandes empresarios no tienen tendencia a tomar riesgos considerables. Ellos no temen a los riesgos que pueden controlar, pero nunca estarían dispuestos a apostar todo, incluso su casa, por un nuevo negocio. Es aterrador cómo algunas supuestas «buenas oportunidades» pueden rápidamente requerir una inversión de dinero que implique la realización de préstamos impagables.
«A medida que su negocio crezca, mantenga esta lista en mano. Aunque el instinto empresarial indica que se debe jugar a la ofensiva, la defensa también es importante. Si evita estos errores clásicos, podrá asegurar que habrá aumentado sus chances de ganar la partida» concluye Beste.
Beste es estadounidense, por eso, en este punto 14 nos advierte, que no apostemos tanto por el negocio como para perder la casa. Obviamente no sabe que, en España, si tu negocio va mal, perderás tu casa de todas formas. Los bancos o las administraciones se encargarán de ello… por lo tanto, si no lo tienes claro, no emprendas o lo pagarás con tu vida..
Como abrir una franquicia DIA. Precio y condiciones
La compañía DIA es una de las marcas que mejor funcionan en el ámbito de las franquicias. Prueba de ello son los resultados experimentados en los últimos ejercidos. Sin embargo, son muchas las preguntas que se hacen los posibles franquiciados sobre su puesta en marcha, motivo por el que a continuación analizamos las claves en torno a la apertura de una franquicia DIA.
En primer lugar, los emprendedores que deseen llevar a cabo este negocio han de saber que requieren un capital determinado, el cual depende del modelo comercial, tamaño de la tienda y estado del local. En este sentido, desde la compañía aclaran que existe la posibilidad de que DIA cubra parte de dicha inversión, dependiendo del caso que se estudia de manera particular.
Asimismo, para iniciar esta andadura DIA solicita una serie de garantías, como un aval bancario. El mismo varía en función del modelo de tienda que se vaya a implantar, pero que se sitúa entre los 4.500 y los 25.000 euros. Además, la compañía ha desarrollado varias medidas de apoyo financiero a los futuros franquiciados, las cuales hacen más accesible la inversión.
De la misma manera, y en lo que respecta al plazo de pago, este se es de 60 mensualidades en lo relativo al coste de la mercancía. Con posterioridad, agregan desde DIA, los pedidos se llevan a cabo al contado.
Plan de negocio personalizado
En lo que respecta a los beneficios que este tipo de negocio devuelve al inversor, desde la compañía explican que los mismos dependen de varios factores, entre los que se encuentran las ventas, los costes de alquiler y personal. Es por ello que de cada proyecto llevan a cabo un plan de negocio individualizado, en el cual se incluye una cuenta de explotación previsional.
No obstante, como en todo negocio, desde esta compañía advierten de que la puesta en marcha de una franquicia implica un riesgo empresarial por parte ambas partes. Para evitarlo, no obstante, es interesante contar con el apoyo de una asesoría que organice determinados aspectos, como la liquidación de impuestos, seguros o nóminas.
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CONSULTORIO FISCAL: SÓLO EMPRESAS Y AUTÓNOMOS
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