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Por qué trabajando desde casa eres más productivo que en la oficina
El teletrabajo es una alternativa cada día más extendida en muchas empresas. A menudo cuando hablamos de esta cuestión pensamos en trabajar desde casa de forma exclusiva y no tanto como una alternativa al trabajo desde la oficina. Esta es la opción para mi más interesante y una ventaja si sabemos aprovecharla, porque trabajar desde casa te puede ayudar a ser más productivo.
Para ello tenemos que contar con la infraestructura adecuada. Tanto si nos conectamos a aplicaciones o servicios en la nube para trabajar como si lo hacemos a nuestra oficina a través de una conexión remota, vamos a necesitar una conexión de banda ancha de calidad. Aquí la velocidad de descarga no será tan importante como lo es la velocidad de subida, tanto por el lado de la conexión en nuestra oficina como en casa.
Habilita un puesto de trabajo en casa donde trabajar cómodo y sin interrupciones
Para llegar a ser realmente productivos en casa vamos a necesitar estar cómodos delante de nuestro ordenador. Tendremos que tener un puesto de trabajo adecuado para pasar unas cuantas horas delante del mismo concentrados en el trabajo que tenemos por delante.
Una silla cómoda y a la altura adecuada, mejor si es en una habitación que en una sala común de la casa, sobre todo si no vivimos solos, para evitar interrupciones. Nada de pensar que puedes trabajar bien sentado en el sofá viendo la tele. Así no se mejora la productividad, todo lo contrario.
Una de las cuestiones que te va a ayudar a mejorar la productividad en casa es no tener interrupciones, de compañeros, de jefes o de llamadas de teléfono de clientes. Esa tarde que dedicamos a trabajar en casa es para sacar una serie de tareas adelante en las que necesitamos estar concentrados y donde vamos a hacerlas más rápidas si mantenemos la concentración sólo en estas tareas.
Define tus tareas para hacer en casa
Por eso es fundamental definir qué tipo de tareas podemos hacer mejor en casa que en la oficina. A partir de aquí ya podemos dejar esta tarea reservada para este momento. Podemos hacer la prueba, de trabajar en la oficina y en casa en tareas similares y comprobar cuánto tiempo tardamos en cada caso.
Además tienen que ser tareas que podamos realizar de forma autónoma, es decir, que no necesiten supervisión, no tengamos que consultar cómo hacemos esta u otra cosa, etc. Necesitamos tener claro que son tareas ejecutivas o de supervisión, en las que vamos a ganar en productividad trabajando en casa de forma autónoma.
Tampoco serían recomendables tareas que tengamos que ejecutar en grupo, al menos en la fase de definición. Otra cosa es que tengamos dividido el trabajo y tengamos que hacer nuestra parte, dejando para la oficina la fase de puesta en común o discusión.
Encuentra el momento adecuado para trabajar
Por último es importante encontrar el momento adecuado para trabajar en casa. Tiene que ser un intervalo de tiempo donde nuestra presencia en la oficina no sea básica. En las empresas en las que se implanta el teletrabajo normalmente se deja alguna tarde para esta tarea, aunque puede ser un día completo o aprovechar las primeras horas de la mañana y de esta manera evitar también las horas puntas y atascos.
También va a depender de nuestras rutinas personales. Por las tardes es más fácil si tenemos familia que haya gente por casa, que pueden interrumpir el trabajo, mientras que por la mañana podemos estar solos con más facilidad. Tenemos que recordar que el objetivo es trabajar más concentrados y sin interrupciones.
Otras veces lo mejor es madrugar y trabajar esas dos horas que teníamos previstas para hacer en casa a primera hora de la mañana. Así cuando hemos concluido el trabajo podemos ir al despacho y concluir con nuestra rutina de la forma habitual. Para otras personas este momento de calma y concentración llegará después de la cena. Como he comentado antes, depende mucho de los hábitos y rutinas personales, de nuestra capacidad de concentración, y el tipo de trabajo que tenemos que realizar.
En definitiva lo que buscamos es ser lo más eficaces posibles. Trabajar desde casa nos puede ayudar con determinadas tareas, no sólo como una forma de conciliar vida personal y familiar, que también, sino como una forma de mejorar la productividad de determinadas tareas que necesitamos hacer en soledad, sin interrupciones y manteniendo la concentración adecuada que muchas veces sólo conseguimos aislándonos del resto de empleados de la oficina.
Que gastos te puedes deducir cuando tienes el despacho en casa
La Dirección General de Tributos (DGT) ha aclarado en una consulta vinculante qué gastos se puede deducir un abogado que desarrolla su actividad profesional en un despacho situado en su vivienda habitual.
Según explica, los desembolsos deben quedar justificados con la correspondiente factura y registrados debidamente en los libros-registro.
El abogado podrá deducirse los gastos derivados de la titularidad de la vivienda, como el IBI, tasa de basuras, amortizaciones o comunidad de propietarios, proporcionalmente a la parte de la vivienda que utilice como despacho profesional. Y si no fuese dueño, sino arrendatario de la vivienda, podría deducirse el coste proporcional de la renta satisfecha.
Respecto al valore de suministros como luz, agua, calefacción, teléfono fijo, conexión a Internet, fax, etc., sólo serán deducibles cuando se destinen exclusivamente al ejercicio de la actividad, al igual que el uso del teléfono móvil, que se quedaría fuera de la lista si se usa indistintamente para llamadas privadas y profesionales. En cuanto al ordenador, si está afecto al desarrollo de la actividad profesional, el abogado podrá deducirse las amortizaciones correspondientes en la determinación del rendimiento neto de su actividad.
Sobre material de oficina y libros, apunta al principio de correlación de ingresos y gastos, y explica que serán descontados siempre que sean necesarios para el desarrollo de la actividad. Eso sí, recuerda que es competencia de la Agencia Tributaria valorar las pruebas aportadas y verificar que tal vinculación existe.
Siete errores habituales al pedir financiación
Un emprendedor nunca lo tendrá fácil para conseguir financiación, precisamente porque sólo tiene una idea que piensa que puede ser un negocio. Por eso, hay que saber ‘vender’ muy bien el proyecto a la entidad financiera. Y ser muy prudentes con los números, porque muchas empresas de nueva creación no logran sobrevivir no porque no hayan obtenido financiación, sino porque no han sido capaces de hacer bien los números.
Un banco, o cualquier otra entidad que te preste financiación para poner en marcha tu idea, no sólo necesita saber cómo vas a devolver ese dinero, sino que además tiene que comprobar que tu endeudamiento no es excesivo, y que la viabilidad de la empresa está si no garantizada al menos encarrilada.
Tanto si eres una empresa ya existente como si eres un emprendedor, a la hora de solicitar financiación, hay que evitar cometer errores que echen al banco o a los inversores para atrás. Los errores más habituales en financiación para empresas y/o emprendedores son:
1.-No tener un buen plan de negocio. Es la equivocación más frecuente, sobre todo porque el emprendedor lo que tiene es una idea, y mucha fe y entusiasmo en ella, no tiene por qué ser un experto en números. El problema es que el banco, o cualquier inversor o financiador, antes de poner un euro en tu proyecto quiere saber si tiene visos de éxito, si va a generar el suficiente negocio como para que seas capaz de devolver la financiación solicitada. Con una buena idea solamente no vas a conseguir financiación.
2.- No conocer el mercado: La idea que tienes puede ser muy buena, pero necesitas contrastarla con el mercado, si hay ya productos o servicios similares, si de verdad mejoras a la competencia, si existe demanda para lo que quieres lanzar.
3.- No tener suficiente experiencia: en la medida que puedas, rodéate de personas con experiencia en sacar negocios adelante para consolidar tu proyecto. Tu equipo debe tener experiencia y conocimiento del mercado y también de la financiación y de la gestión de la tesorería. La experiencia es la mejor garantía para el entusiasmo del emprendedor. Y uno de los aspectos que más tendrán en cuenta el banco o el inversor a la hora de embarcarse en tu proyecto.
4.- El exceso de optimismo. Es otra de las equivocaciones más habituales en un emprendedor, y una de las razones más frecuentes alegadas para rechazar financiación. Una cuestión es tener mucha fe en tu idea, y otra muy distinta es ser excesivamente optimista en previsiones de ventas, resultados, y tesorería. Esta actitud pone de manifiesto que no eres prudente financieramente (lo que asusta a cualquier inversor) y que además no conoces el mercado, ni tienes suficiente experiencia.
5.- No aportar contratos con clientes. Obviamente, un banco, cualquier entidad o institución que proporcione financiación, lo primero que quiere ver son datos palpables, comprobables. Si tu idea ha conseguido ya atraer inversores o clientes, la mejor forma de conseguir financiación es mostrando esos contratos. Aunque sean sólo precontratos o compromisos de compra, esos datos ayudan a tener una idea fehaciente de cómo está evolucionando la empresa.
6.- No aportar dinero propio. Es un error de bulto. ¿Cómo pretendes que el banco o un inversor pongan dinero en tu proyecto, cuando ni tú mismo arriesgas un euro en la aventura?
7. Engañar para obtener la financiación. Los bancos están acostumbrados a cruzar datos, así que no hay mejor motivo para rechazar una petición de crédito que descubrir que lo que has aportado sobre tu proyecto no se corresponde con la realidad. Te puedes equivocar en las previsiones de ventas, pero no puedes entregar a quien quieres que financie tu proyecto datos falsos.
La nueva burbuja financiera, el emprendimiento.
El paro sigue bajando, y gran culpa la tiene el emprendimiento ¿Es eso que la economía está mejorando?
Cientos de miles de desocupados y desocupadas son animados a emprender, cuando no forzados por las circunstancias, en asuntos en los que no tienen ni el más mínimo conocimiento, ni experiencia, ni formación, empujados a un fracaso seguro en un escenario económico de falta de demanda.
Las consecuencias son devastadoras. El daño psicológico en las personas puede ser irremediable, heridas su confianza y su autoestima, en su relación con familiares y amigos, ya nunca volverán a emprender si se les presenta la ocasión.
Además, el problema tiene una vertiente económica dramática, al empeñar sus propiedades e, incluso, fomentado desde la administración, perder sus indemnizaciones por despido, que pueden percibir de una sola vez, para invertirlo todo en una aventura arriesgada.
El fracaso es necesario, pero no imprescindible. El fracaso debe ser fruto de asumir el riesgo y genera aprendizaje. Es lo que se conoce como fracaso constructivo. Pero debemos equipar a los emprendedores, incluida su formación, para reducir el fracaso en tiempo y forma, así como sus consecuencias negativas.
Para el Gobierno, el emprendimiento es buen aliado. Al fin y al cabo, un soñador que intenta sacar adelante su proyecto es un potencial autoempleado que tiene que darse de alta como autónomo y que, en consecuencia, adecenta las penosas cifras de paro. De ahí que el Gobierno no deje de revisar leyes para mejorar la fiscalidad del emprendimiento (pienso en la tarifa plana de autónomos de 50 euros durante los primeros meses, que no valen de nada si no hay un apoyo en la formación previa) y su acceso a ayudas públicas (insuficientes) y privadas.
Pero esto no es Estados Unidos ni Silicon Valley. Aquí, desgraciadamente, los emprendedores no nos van a sacar de pobres. La financiación de la economía española sigue dependiendo demasiado de unos bancos que todavía siguen dando créditos a cuentagotas, y los inversores independientes y el capital riesgo siguen siendo testimoniales.
Es necesario un sistema de emprendimiento que ayude eficazmente a los emprendedores y emprendedoras, sobre todo a los más débiles. Un pequeño negocio donde ya hay tres establecimientos similares, no parece un emprendimiento muy prometedor, por mucho que se innove en los detalles o se conecte a las redes sociales. Todo dependerá de esfuerzo y constancia, pero alguien debe alertar del riesgo evidente y reorientar a una alternativa exitosa.
Bien es cierto que podríamos hablar de una “burbuja social” de emprendimiento, de que existe un exceso de optimismo sobre el proceso de emprender, que a mucha gente se le está animando a ello sin ser realmente conscientes de dónde se meten y con apenas conocimientos sobre el proceso… algo que acabará mal para mucha gente.
El problema de fondo es que quien tiene que comenzar un negocio para obtener ingresos de forma inmediata no suele hacer sus deberes como empresario y por eso hoy en día existen “excesivas apuestas emprendedoras que no realizan un previo estudio o informe para identificar las necesidades reales del mercado, ante el producto o servicio que van a ofrecer”. El desenlace lógico suele ser una empresa sin un nicho de mercado concreto que no cubre ninguna carencia de la sociedad y por lo tanto sólo apela al ‘consumo por el consumo’ para mantener sus ventas.
Hay que advertir a los trabajadores por cuenta ajena, y los autónomos que ya llevan tiempo en sus negocios seguro que me entienden, que un emprendedor no tiene vacaciones, no tiene horario, no tiene fines de semana, no tiene bajas por IT y no tiene paro ni indemnización por despido. No es que no existan algunos de estos derechos, es que son un lujo que a día de hoy muchos no se pueden permitir.
Antes de lanzarse a la piscina, asesórese, busque información, si quiere vender algún producto o prestar algún servicio asegúrese de que sabe muy bien lo que está vendiendo, que lo conoce, que lo domina y sobre todo que sabe venderlo. Sino, será un futuro afectado de la burbuja del emprendimiento.
Servicio a Emprendedores
Condiciones del servicio a emprendedores
Si vas a crear una SOCIEDAD: Constitución gratuita de tu sociedad (salvo gastos de notario y registro) |
Si vas a convertirte en un profesional AUTÓNOMO: Tramitaciones de alta en Hacienda y SS.SS gratuita |
Servicio de asesoramiento a emprendedores:
· Te ayudamos a tramitar tu ICO a través de nuestras entidades colaboradoras.
· Te asesoramos en las posibles soluciones de financiación que tengas para tu proyecto empresarial.
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